martes, 19 de julio de 2016

Doom


El rey ha vuelto. Y no me refiero a ese señor cachas con gafas de sol y puro, sino al juego que lo inició todo. Doom redefinió el genero de los disparos subjetivos y de qué manera.
Cuando Doom nos mostró como había que matar demonios, con esa música, esos escenarios y esa brutalidad, nada volvió a ser igual.
Después de mucho tiempo desde Doom II, la tercera parte llegó para demostrarnos la potencia de los pc de la época y de una poderosa Xbox que poco tenía que envidiar a los compatibles.


Pero algo falló. Aquello no era Doom. Indudablemente era un buen juego, pero no respetaba demasiado las bases que sentó la legendaria segunda entrega. Se parecía más a Alien, con esa gran nave devastada por explorar y esa sensación de soledad y peligro constante. Doom se basaba en matar constantemente y muy pocas veces estabas sin algo delante a lo que acribillar.