martes, 19 de julio de 2016

Doom


El rey ha vuelto. Y no me refiero a ese señor cachas con gafas de sol y puro, sino al juego que lo inició todo. Doom redefinió el genero de los disparos subjetivos y de qué manera.
Cuando Doom nos mostró como había que matar demonios, con esa música, esos escenarios y esa brutalidad, nada volvió a ser igual.
Después de mucho tiempo desde Doom II, la tercera parte llegó para demostrarnos la potencia de los pc de la época y de una poderosa Xbox que poco tenía que envidiar a los compatibles.


Pero algo falló. Aquello no era Doom. Indudablemente era un buen juego, pero no respetaba demasiado las bases que sentó la legendaria segunda entrega. Se parecía más a Alien, con esa gran nave devastada por explorar y esa sensación de soledad y peligro constante. Doom se basaba en matar constantemente y muy pocas veces estabas sin algo delante a lo que acribillar.

Pues bien, mucho tiempo después, se nos plantea un reinicio de la saga. DOOM ha sido concebido para diferenciarse de los shooters genéricos que inundan nuestras estanterías desde hace un tiempo.
Shooters en los que es necesario recargar cada pocos tiros y cargar con un máximo de dos armas.
DOOM rechaza todo eso y nos brinda una experiencia en la que podremos alternar en todo momento entre cualquier arma del inventario con solo pulsar un botón, no hará falta recargar las armas nunca hasta que se nos agote la munición y nunca deberemos dejar de movernos.


Podremos mejorar las armas con disparos adicionales, como misiles guiados o micromisiles, además de añadir a nuestra armadura nuevas habilidades como que nos afecte menos las explosiones de nuestras propias armas, pero en general rebosa simpleza y recuerda mucho a los shooters añejos, como Quake.


Técnicamente el juego está muy cuidado, aunque no es lo mejor que se ha visto, va sobrado para lo que pretende y quizá los enemigos se repiten un poco pero nunca deja de ser divertido y, con la práctica, sabrás a cual afecta más cada arma y te volverás muy efectivo/a a la hora de sembrar caos.


DOOM ha sido creado con el propósito de divertir, y lo ha conseguido. Tiene sus fallos, como pecar de repetitivo a veces, pero es un placer olvidar ciertas costumbres que nos han asentado tantos otros shooters y disparar hasta vaciar el cargador sin tener que recargar. El problema es que estoy tan acostumbrado a ciertas cosas, que a veces se me hace raro y las hago igualmente aunque no sirvan de nada. 


Si creciste jugando a Doom o Quake y echas de menos un juego simple pero a la vez tremendamente divertido, DOOM es lo que estabas buscando. 


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