La saga Tales of lleva años entre nosotros como un excelente exponente de los RPG japoneses. Con el permiso de Final Fantasy, es la saga que mejor sabe sumergirnos en un mundo fantástico y repleto de lugares por explorar. Hay que decir que también sostiene un gran merito, y no es otro que el de mantener una estética y una jugabilidad desde sus primeras entregas.
Con mejoras aquí y allá, la saga siempre nos ha sabido sorprender y encandilar, pero manteniendo sus señas de identidad intocables. Y la verdad es que, después de tantas sagas que cambian y cambian, hasta quedar irreconocibles, la mayoría de veces en pos de las modas y el fanservice, se agradece que al menos, Tales of se mantenga en su sitio tras tantas entregas.
Cómo viene siendo habitual, la historia nos sitúa en un mundo mágico dónde lo normal es ser atacado por monstruos si te atreves a salir al bosque. Para preservar el equilibrio y la paz existe un elegido llamado "el Pastor" que desarrolla un vínculo con unos seres espirituales llamados "Serafines". Mediante este nexo, el Pastor es capaz de utilizar poderes mágicos y así se alza como un protector que defiende a los habitantes del planeta.
Nuestro protagonista es un chico alejado de todo el bullicio de la sociedad. Por algún motivo, es capaz de ver y hablar con los serafines y fue adoptado por un abuelo serafín. Junto a su hermano adoptivo creció y aprendió a tratar con estos seres invisibles para el resto de los humanos.
Cuando un accidente desafortunado le obliga a convertirse en el pastor, deberá aprenderlo todo acerca de la lucha y la magia para ser capaz de preservar la paz ante unas criaturas terribles, llamadas "Infernales".
Bajo esta premisa da comienzo uno de los Tales of más interesantes y divertidos que he jugado.
Repleto de posibilidades y de maneras de abatir enemigos, la máxima novedad es la Armatización, una fusión de Pastor y Serafín que permite a nuestro héroe cambiar de forma y convertirse en un ser mucho más fuerte. Según el Serafín que participe en la unión, adquiriremos unos poderes y unas armas diferentes.
Los combates se desarrollan como es habitual en la saga. Tenemos plena libertad para correr alrededor de los enemigos mientras nuestros aliados hacen lo propio. Con un botón combinado a una dirección, lanzamos ataques y con otro botón lanzamos artes especiales que gastan magia, la cual se recupera dejando pasar el tiempo sin atacar. Nada que no hayamos visto ya en otros Tales of con la diferencia de que no somos transportados a un escenario diferente al entrar en contacto con nuestro enemigo sino que entablaremos el combate en el mismo lugar dónde crucemos la espada él.
Técnicamente cumple bastante bien pero sin demasiados alardes. No hay que olvidar que se trata de un juego de ps3 y a estas alturas ya estamos más que acostumbrados al nivel de la nueva generación. Aunque la versión de Ps4 impresiona un poco más gracias a la resolución y las texturas limpias y nítidas. Los personajes son sin duda lo mejor del título, mostrando detallados ropajes, llenos de detalle y colorido, al menos los personajes principales.
Tales of Zestiria te encantará tanto si ya conoces la saga como si eres un iniciado que busca un buen RPG con el que pasar horas y horas luchando y explorando. Sin que te des cuenta pasarán las horas mientras juegas y ni te darás cuenta, pues ese es el encanto de la saga. Sabe atrapar como nadie haciendo que te encariñes de unos personajes carismáticos como pocos y que tienen mucho que contar.
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