domingo, 24 de enero de 2016

Far Cry 4


Parece que la saga de Ubisoft gozó del culmen de su buena forma cuando la tercera entrega nos fascinó a todos, entregándonos todo lo que podíamos desear de un shooter de mundo abierto.
Pero no fue solo su excelente factura como shooter lo que nos encandiló, sino la introducción a la saga de un villano carismático. Vaas nos mostró que podíamos simpatizar con un villano que estaba loco de atar, y no en balde ocupa la portada del juego.


Y este parece ser el camino que Ubi quiere seguir a partir de ahora con su franquicia, ya que ha vuelto a repetir menú con Far Cry 4. Esta vez será el excéntrico Pagan Minn el que nos dará quebraderos de cabeza mientras recorremos Kyrat, el vasto territorio a conquistar en esta ocasión.
El bueno de Pagan nos interceptará en nuestro intento de depositar las cenizas de nuestra madre en un pacífico templo y, con su intachable labia y sus  inseparables soldados armados hasta los dientes, nos ofrecerá una invitación para cenar con él.



Así da comienzo Far Cry 4. Una vez nos escabullamos del palacio de Pagan, nos daremos cuenta de que se trata de un dictador que ha sometido Kyrat y nos toca a nostros, A.J Gale, el hijo del difunto héroe, Mohan Gale, liberar Kyrat haciendo frente a Pagan Minn.
Para ello nos ayudarán las fuerzas de la Senda Dorada, un ejército rebelde que pugna por la libertad del país mediante el liderazgo de dos líderes principales: Amita y Sabal.


Con cada misión de la campaña, se nos dará la opción de elegir si nos ponemos del lado de cada uno de ellos para afrontarla de diferentes maneras. Una vez hecha la elección no hay vuelta atrás e inevitablemente haremos enfadar al otro, pero todo sea por el bien de Kyrat.
El desarrollo del juego es el mismo que el de la tercera entrega y nos recordará hasta en el desarrollo de ciertas misiones, que son poco menos que idénticas, pero eso solo ocurrirá en dos o tres misiones contadas.


Técnicamente el juego ralla a un gran nivel, al margen de algún error de texturas puntual, pero no afecta demasiado a la jugabilidad. Se trata de un título que engancha de verdad, siempre querrás viajar a ese puesto enemigo para conquistarlo o a esa ubicación desconocida solo para ver cuántos cofres vas a encontrar. Todo lo que hagamos, desde las muertes hasta cumplir misiones de la campaña o arrancar carteles de propaganda de Pagan, nos proporcionará experiencia que nos servirá para mejorar nuestro personaje con nuevas habilidades.


Y es que el juego es un monstruo de contenido, tras 18 horas de juego solo obtuve el 35 %. Hay una gran cantidad de coleccionables, misiones secundarias de todo tipo, una arena donde combatir, armas que comprar y dos finales distintos con varias decisiones que tomar en cada uno. Far Cry 4 puede mantenerte entretenido durante mucho tiempo y realmente merece la pena pasearse por Kyrat, aunque solo sea para buscar los materiales que te faltan para crear esa cartuchera que te permitirá llevar encima más armas que antes.


Nos encontramos antes un digno sucesor de la gloriosa tercera parte, la cual marcó un antes y un después en la franquicia. Puede que algunos momentos te echen para atrás dado su parecido con los que ya vivimos en Far Cry 3, pero eso no exime que se trata de una aventura larga, divertida y con muchísimo contenido que justifica el dinero que pagaremos por el título.

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