miércoles, 13 de abril de 2016

Últimamente: Dark Souls 2



Quizá recuerdes aquel viejo artículo que escribí una vez sobre Dark Souls 2, en el que me quejaba de su dificultad y afirmaba que era un jugo que no estaba hecho para mí. Pues bien, sigo pensando que el título carece de cosas que para mi son muy importantes a la hora de disfrutar un título, cosas que obviamente no están porque los programadores lo creyeron adecuado para el tipo de juega que querían crear, pero que a fin de cuentas, hacen que no sea un juego que me atraiga a primera vista.


DS2 es especial, al igual que lo fueron sus dos antecesores, y no escatima recursos para hacernos sentir inválidos ante cualquier enemigo. Pero todo esto ya lo sabes. El caso es que quise volver a darle una oportunidad al juego. No sé por qué, un día me apeteció hacerlo y me creí mejor preparado para afrontarlo. Así que me volví a poner a los mandos de mi antaño odiado juego para intentar no caer esta vez en sus terribles garras.



Esta vez me había documentado un poco mejor. Había visto vídeos, había leído sobre el juego y, sobre todo, me había concienciado bien de que, cuando muera, no pasa nada, se repite y ya.
Este último aspecto es crucial si vas a enfrentarte a un título de la saga Souls, pues no es que vayas a morir, es que te van a masacrar. Aunque seas bueno a los mandos, morirás, así que yo que no soy el más hábil del mundo, pues el espectáculo iba a ser dantesco.


Ahora juego tranquilo, más calmado, con el escudo por delante siempre y con miedo de cruzar cada esquina. Estudio bien cada enemigo y tras cada golpe retrocedo para encajar el suyo. Y no me preocupa volver a una hoguera para curarme las veces que haga falta, con la consiguiente resurrección de todos los enemigos de la zona.


Ahora disfruto el juego, aunque los jefes siguen siendo desafíos muy duros que requieren que los repita incontables veces, pero cada vez que uno cae y se que tengo ante mí una nueva zona que explorar, me siento genial. Dark Souls 2 me ha hecho aprender a ver el juego de otra manera y, sobre todo, a no frustrarme tanto si me matan. Y es irónico que un juego diseñado para matarte una y otra vez sin clemencia, me enseñe a que eso me de lo mismo.


No hay comentarios:

Publicar un comentario